domingo, 28 de abril de 2013

INTERVENCIÓN EN CRISIS EN NIÑOS




La intervención en crisis es uno de los temas de mayor interés de quien escribe el presente trabajo, no sólo en ambientes propios de la crisis, como accidentes, suicidios, hospitales o cosas similares, sino incluso en lugares donde se pudiera pensar, las cosas son o deberían ser tranquilos, uno de ellos es la escuela.
Durante mi práctica en una primaria, ocurrió un fenómeno de lo más común, y que a veces resulta ser justamente tan común, que pasamos por alto o creemos que no pasa nada por ser parte de la dinámica propia de una escuela: las peleas.
Por ende, es necesario apreciar la crisis como un evento que irrumpe la tranquilidad y/o el bienestar de aquél que la sufre, además de quienes lo rodean. Los eventos pueden ser variados, y es preciso tener al menos las bases de la intervención para poder actuar de manera asertiva y poder hacer algo con el individuo afectado.
Según el Lic. Francisco José Gutiérrez Rodríguez, los principios básicos de la intervención en crisis  son los siguientes:

ELEMENTOS DEL ESTADO CRÍTICO

•    EVENTO PELIGROSO.
Este es un acontecimiento estresante, de origen externo o de cambio interno, el cual le ocurre al individuo en un estado de relativa estabilidad en su vida y que inicia una serie de acciones y reacciones en cadena. Los eventos pueden ser anticipados y predecibles o bien inesperados y accidentales.
  
•    ESTADO VULNERABLE.
Este se refiere a la reacción subjetiva ante el evento peligroso, cuando este ocurre y posteriormente, la persona responde según sea su percepción del evento.
  
•    FACTOR PRECIPITANTE.
Este es el eslabón entre los eventos causantes de la tensión que convierte al estado vulnerable en un estado peligroso, es lo suficientemente poderoso para iniciar la crisis, o bien puede ser un incidente sin importancia aparente.
  
•    ESTADO DE CRISIS ACTIVO.
Este describe al individuo que se encuentra en estado de desequilibrio, a quien la tensión ha invadido y cuyos mecanismos homeostáticos se han roto. Este estado tiene una duración de 4 a 6 semanas durante las cuales el remolino psicológico y físico el cual incluye un exceso de actividad sin objetivo o la inmovilización, trastorno en las funciones del pensamiento y en el funcionamiento intelectual. Este estado de malestar se ve acompañado por una dolorosa preocupación por los eventos que condujeron a la crisis. Finalmente se llega a un periodo de reajuste gradual y removilización, a medida que el sujeto se va "acostumbrando" a su situación alterada.

Respecto al tema, el Manual de Intervención en Crisis para niños en desastres, dice lo siguiente: Una crisis es un estado temporal de trastorno y desorganización en una persona.
Se caracteriza, principalmente, por la incapacidad para enfrentar una situación, utilizando los métodos que ya se conocen para resolver problemas.

Podemos mencionar los siguientes aspectos importantes que contemplamos al
definir una crisis:

• Hay un suceso precipitante (es decir, un suceso que causa la crisis).
• Es una situación imprevista.
•Hay pérdida del equilibrio emocional (de la forma acostumbrada de sentir y de
expresar lo que se siente).
• Causa sufrimiento (dolor, tristeza, terror, inseguridad, enojo, rabia,
impotencia...)
• Genera cambios: la crisis puede ser un peligro y desencadenar en enfermedad,
pero también puede ser una oportunidad para crecer y aprender.
• Es temporal: después se recupera nuevamente el equilibrio.
• Las formas habituales en que el individuo resuelve sus problemas no funcionan
en esta situación.

Es importante tomar en cuenta los factores que desencadenan una crisis dentro del salón de clase; para ello es preciso la observación y la convivencia diaria con grupos de pares en edades escolares. De esta manera podremos saber cómo reaccionar ante determinadas situaciones.

Así pues, el Manual facilita ciertos pasos para la intervención:

• Realizar contacto psicológico: invitar a las personas a hablar, escuchar los
hechos y los sentimientos, mostrar interés por comunicarse, tocar/abrazar
de manera física.

• Analizar el problema: examinar el pasado inmediato, presente y futuro
inmediato de las personas. El objetivo de este segundo paso es conocer
cuáles son los conflictos o problemas que necesitan manejarse de forma
inmediata y cuáles pueden dejarse para después.

• Analizar las posibles soluciones: averiguar qué es lo que las personas han
intentado hacer hasta ahora, qué es lo que pueden o podrían hacer y
proponer nuevas alternativas.

• Ejecutar la acción concreta: ayudar a las personas a realizar una acción
concreta para manejar la crisis. No es más que dar el mejor paso próximo
según la situación.

• Dar seguimiento: especificar un procedimiento para que el/la facilitadora y
las personas estén en contacto en un tiempo posterior.

Como facilitador/a, cuando  se trabaje con los padres y madres de los/as niños/as se debe tener en mente lo siguiente:

• Los papás, las mamás, la gente de la directiva, el sacerdote, los/as maestros,
los pastores o líderes religiosos, los/as otros adultos/as de la comunidad son un
recurso para los/as niños/as, hay que ayudarles a ser un buen recurso.

• Hay que tratar con mucho respeto a las personas adultas responsables del/la
niño/a y  al niño/a, no imponerles nuestras ideas sino más bien compartir las nuevas ideas e información con ellos/as, esperando puedan servirles.

Entonces, para poder intervenir de manera correcta en la crisis de un niño, es preciso mantener la calma, no invadir el espacio personal del niño ni tratar de hacer que confronte lo sucedido de manera inmediata, sino más bien permitirle que se calme, que tome noción de sí mismo y de la situación, y posteriormente, abrirle un espacio para que se exprese con palabras o mediante el juego.

jueves, 3 de enero de 2013

Emociones



Cada individuo experimenta una emoción de forma particular, dependiendo de sus experiencias anteriores, aprendizaje, carácter y de la situación concreta. Algunas de las reacciones fisiológicas y comportamentales que desencadenan las emociones son innatas, mientras que otras pueden adquirirse.
Charles Darwin observó como los animales (especialmente en los primates) tenían un extenso repertorio de emociones, y que esta manera de expresar las emociones tenía una función social, pues colaboraban en la supervivencia de la especie. Tienen, por tanto, una función adaptativa.
Existen 6 categorías básicas de emociones.
  • MIEDO: Anticipación de una amenaza o peligro que produce ansiedad, incertidumbre, inseguridad.
  • SORPRESA: Sobresalto, asombro, desconcierto. Es muy transitoria. Puede dar una aproximación cognitiva para saber qué pasa.
  • AVERSIÓN: Disgusto, asco, solemos alejarnos del objeto que nos produce aversión.
  • IRA: Rabia, enojo, resentimiento, furia, irritabilidad.
  • ALEGRÍA: Diversión, euforia, gratificación, contentos, da una sensación de bienestar, de seguridad.
  • TRISTEZA: Pena, soledad, pesimismo.
Si tenemos en cuenta esta finalidad adaptativa de las emociones, podríamos decir que tienen diferentes funciones:
  • MIEDO: Tendemos hacia la protección.
  • SORPRESA: Ayuda a orientarnos frente a la nueva situación.
  • AVERSIÓN: Nos produce rechazo hacia aquello que tenemos delante.
  • IRA: Nos induce hacia la destrucción.
  • ALEGRÍA: Nos induce hacia la reproducción (deseamos reproducir aquel suceso que nos hace sentir bien).
  • TRISTEZA: Nos motiva hacia una nueva reintegración personal.
Los humanos tenemos 42 músculos diferentes en la cara. Dependiendo de cómo los movemos expresamos unas determinadas emociones u otras. Hay sonrisas diferentes, que expresan diferentes grados de alegrías. Esto nos ayuda a expresar lo que sentimos, que en numerosas ocasiones nos es difícil explicar con palabras. Es otra manera de comunicarnos socialmente y de sentirnos integrados en un grupo social. Hemos de tener en cuenta que el hombre es el animal social por excelencia.
Las diferentes expresiones faciales son internacionales, dentro de diferentes culturas hay un lenguaje similar. Podemos observar como en los niños ciegos o sordos cuando experimentan las emociones lo demuestran de forma muy parecida a las demás personas, tienen la misma expresión facial. Posiblemente existan unas bases genéticas, hederitarias, ya que un niño que no ve no puede imitar las expresiones faciales de los demás. Aunque las expresiones también varían un poco en función de la cultura, el sexo, el país de origen etc. Las mujeres tienen más sensibilidad para captar mejor las expresiones faciales o las señales emotivas y esta sensibilidad aumenta con la edad. Otro ejemplo son los rostros de los orientales, especialmente los japoneses, son bastante inexpresivos, pero es de cara a los demás, porque a nivel íntimo expresan mejor sus emociones.
Las expresiones faciales también afectan a la persona que nos está mirando alterando su conducta. Si observamos a alguien que llora nosotros nos ponemos tristes o serio e incluso podemos llegar a llorar como esa persona. Por otro lado, se suelen identificar bastante bien la ira, la alegría y la tristeza de las personas que observamos. Pero se identifican peor el miedo, la sorpresa y la aversión.
Las emociones poseen unos componentes conductuales particulares, que son la manera en que éstas se muestran externamente. Son en cierta medida controlables, basados en el aprendizaje familiar y cultural de cada grupo:
  • Expresiones faciales.
  • Acciones y gestos.
  • Distancia entre personas.
  • Componentes no lingüísticos de la expresión verbal (comunicación no verbal).
Los otros componentes de las emociones son fisiológicos e involuntarios, iguales para todos:
  • Temblor
  • Sonrojarse
  • Sudoración
  • Respiración agitada
  • Dilatación pupilar
  • Aumento del ritmo cardíaco
Estos componentes son los que están en la base del polígrafo o del "detector de mentiras". Se supone que cuando una persona miente siente o no puede controlar sus cambios fisiológicos, aunque hay personas que con entrenamiento sí pueden llegar a controlarlo.
¿Qué es lo que nos produce el miedo a nivel fisiológico?
Cuando nos encontramos ante un estímulo que nos provoca miedo o temor, nuestro cuerpo reacciona activándose, de manera que estemos a punto para cualquier reacción de lucha o huída que sea preciso a fin de protegernos, ya que nuestro impulso más básico es el de la supervivencia.

La activación se produce de la siguiente manera:
  1. El lóbulo frontal de la corteza cerebral por la acción del hipotálamo activa la glándula suprarrenal.
  2. La glándula suprarrenal descarga adrenalina.
  3. Las pupilas se dilatan.
  4. El tórax se ensancha.
  5. El corazón se dilata, aumenta la provisión de sangre.
  6. Se produce un aumento de la tensión arterial.
  7. Los músculos se contraen.
  8. El hígado libera glucosa, el combustible de los músculos.
  9. La piel palidece.
  10. Los bronquios se dilatan para aumentar el volumen de oxigeno.
  11. En casos extremos la vejiga urinaria se vaciará.

La función adaptativa de las emociones va a depender de cómo la persona responda ante el estímulo que pone en peligro su equilibrio, y de la respuesta que genere para afrontar ese estímulo.

     Siendo la salud humana un complejo proceso de adaptación en el que confluyen factores biológicos, psicológicos y sociales, una persona sana debe estarlo tanto en mente como en cuerpo. Esta relación permitió el nacimiento de una nueva ciencia, la Psiconeuroinmunologia (PNI), que estudia cómo influyen ciertos procesos psicológicos en la salud.
     Gracias a los estudios derivados de la PNI, se ha descubierto un vínculo físico (sinapsis), entre células del sistema nervioso y del sistema inmunológico, haciendo a estos dos sistemas humanos, interdependientes.
Una de las formas como influyen los procesos psicológicos en la salud, es a través de las emociones. Tanto las emociones positivas (alegría, buen humor, optimismo) como las negativas (ira, ansiedad) y el estrés influyen en la salud.

     Las emociones perturbadoras influyen negativamente en la salud favoreciendo la contracción de ciertas enfermedades, ya que hacen más vulnerable el sistema inmunológico, lo que no permite su correcto funcionamiento.

      Las emociones positivas son un beneficio para nuestra salud, ya que ayudan a soportar las dificultades de una enfermedad y facilitan su recuperación.
Los sistemas que son afectados por las emociones negativas:
1.Sistema nervioso
2.Sistema musculo-esquelético
3.Sistema respiratorio
4.Sistema cardiovascular
5.Sistema endocrino
6.Sistema gastrointestinal
7.Sistema reproductivo




      Todos estos descubrimientos sobre emociones y salud, tienen su aplicación en el tratamiento de las enfermedades, ya que este deberá ser un tratamiento integral, que considere la recuperación tanto de los factores biológicos como de los factores psicológicos del paciente.

     Gracias a las emociones se produce una activación que nos proporciona la energía necesaria para responder, rápidamente, a un estímulo que atente a nuestro bienestar físico o psicológico, permitiendo así, nuestra supervivencia.

     Sin embargo, en los últimos años, se ha descubierto que las emociones pueden ser, también, perjudiciales para la salud, influyendo en la contracción de ciertas enfermedades, perdiendo, en este sentido, su valor adaptativo.

     Finalmente se empieza a aceptar que disturbios psicológicos leves o intensos pueden causar enfermedades en el cuerpo propiamente tal. Nuestras abuelas ya lo sabían: nos decían que la tristeza, la preocupación obsesiva y otros sentimientos podían dañar el corazón, provocar úlceras, arruinar el cutis y hacernos más vulnerables a las infecciones (Damasio, 1994).

     Este vínculo entre las emociones y la salud, va mucho más allá de que ciertas emociones, las negativas, hagan más vulnerables a las personas a contraer una enfermedad, o que otras emociones, las positivas, favorezcan la recuperación de una dolencia. Con esto, se está estableciendo la relación mente/cuerpo.

     Esto trae consigo todo un cambio en el tratamiento de enfermedades, ya que ahora se deberán tomar en cuenta, como relevantes, los factores psicológicos de las personas enfermas, para así intervenir sus emociones con el objetivo de mejorar la salud.

Los 44 músculos que componen el rostro, según la retracción y contracción, originan en nuestra visión un glosario de palabras en silencio, expresando nuestro estado de animo o nuestra actitud. En teatro, el estudio de estos movimientos son útiles, como otra herramienta mas de comunicación desde el escenario.
Pero previo a la lista de expresiones desarrollaremos los conceptos de las expresiones utilizada en la vida diaria 

LA CONDUCTA DE LA EXPRESIÓN
  
Una conducta socialmente habilidosa se define como un conjunto de conductas emitidas por un individuo en un contexto interpersonal que expresa sentimientos, actitudes, deseos, opiniones o derechos de ese individuo de un modo adecuado a la situación, respetando esas conductas en los demás y resolviendo de inmediato los problemas surgidos en una situación determinada minimizando la probabilidad de futuros problemas.
  
Las habilidades sociales son esenciales para obtener 2 tipos de objetivos:
  
Objetivos afectivos: 
consiguiendo relaciones satisfactorias con los parientes y con los demás, estableciendo amistades y relaciones amorosas.
  
Objetivos instrumentales: 
permitiendo actividades con éxito en la comunidad incluyendo comprar, vender, la utilización de instituciones sociales y prestaciones, entrevistas de trabajo y trabajar.

Ante la conducta de las personas nosotros nos formamos una impresión global (llamada MOLAR) que está formada por mini conductas específicas (llamadas MOLECULARES).
  
Seguidamente veremos los componentes moleculares más importantes de toda conducta interpersonal:
  

COMPONENTES NO VERBALES

 
La mirada: 
Se define objetivamente como "el mirar a otra persona a los ojos, o de forma más general, a la mitad superior de la cara". La mirada mutua implica que se ha establecido "contacto ocular" con otra persona. Casi todas las interacciones de los seres humanos dependen de miradas recíprocas. 

Los significados y funciones de las pautas de mirada son múltiples:
Actitudes: 
La gente que mira más es vista como más agradable, pero la forma extrema de mirada fija es vista como hostil y/o dominante. Ciertas secuencias de interacción tienen más significados: por ejemplo, ser el primero en dejar de mirar es señal de sumisión; la dilatación pupilar, señal de interés por el otro.
  
Expresión de emociones: 
Mirar más, intensifica la expresión de algunas emociones, como la ira, mientras que mirar menos intensifica otras, como la vergüenza.
  
Acompañamiento del habla: 
La mirada se emplea, junto con la conversación, para sincronizar o comentar la palabra hablada. En general, si el oyente mira más, genera más respuesta por parte del que habla, y si el que habla más mira más, es visto como persuasivo y seguro.

La expresión facial: 
Parece ser que la cara es el principal sistema de señales para mostrar las emociones. 
Hay 6 emociones principales y 3 áreas de la cara responsables de su expresión (Sobre el final de este cuaderno se amplían en detalle). 
  
Las emociones son: 
1-alegría,
2-sorpresa, 
3-tristeza, 
4-miedo, 
5-ira 
6-asco o desprecio.
  
 Las tres regiones faciales implicadas son: 
1-la frente/cejas, 
2-los ojos/párpados, 
3-la parte inferior de la cara. 

Una conducta socialmente habilidosa requiere una expresión facial que esté de acuerdo con el mensaje. 
  
Si una persona muestra una expresión facial de miedo o de enfado mientras intenta iniciar una conversación con alguien, es probable que no tenga éxito.
  
La sonrisa: 
Es un componente importante. 
Puede utilizarse como sonrisa defensiva, como gesto de pacificación.
Puede servir para transmitir el hecho de que a una persona le gusta otra;
Puede suavizar un rechazo, comunicar una actitud amigable, y animar a los demás a que le devuelvan a uno una sonrisa.

Los gestos: 
Un gesto es cualquier acción que envía un estímulo visual a un observador. Para llegar a ser un gesto, un acto tiene que ser visto por algún otro y tiene que comunicar alguna información. 
Los gestos son básicamente culturales. 
Las manos y, en menor grado, la cabeza y los pies, pueden producir una amplia variedad de gestos, que se emplean para una serie de propósitos diferentes. 
Los gestos se constituyen en un segundo canal de comunicación; aquéllos que sean apropiados a las palabras que se dicen servirán para acentuar el mensaje añadiendo énfasis, franqueza y calor. 
Los movimientos desinhibidos pueden sugerir también franqueza, confianza en uno mismo (salvo que fuera un gesto nervioso) y espontaneidad por parte del que habla.

Relajación de Jacobson:

       Esta técnica consiste en tensar deliberadamente los músculos que se tensan en una situación de ansiedad o temor para posteriormente relajarlos conscientemente. Es muy buena para que con el tiempo y mucho entrenamiento lleguemos a estar completamente seguros de que podemos relajarnos cuando queramos, incluso en situaciones que ahora consideremos imposibles o a evitar a toda costa.
      Practicar este ejercicio dos veces al día o antes de enfrentarnos a una situación estresante nos ayudará a mantener un nivel bajo de ansiedad y a perder el miedo a ciertas situaciones.
    

 Postura de relajación:

 
     Siéntese tal y como aparece en la figura "posición de relajación". Cuando se encuentre cómodo, tense un grupo de músculos, trate de identificar donde siente mayor tensión. Siga la secuencia siguiente: 1º tensar los músculos lo más que pueda. 2º note la sensación de tensión. 3º relaje esos músculos. 4º sienta la agradable sensación que percibe al relajar esos músculos. Por último, cuando tense una zona, debe mantener el resto del cuerpo relajado. 
    Empecemos por la frente. Arrugue la frente todo lo que pueda. Note durante unos cinco segundos la tensión que se produce en la misma. Comience a relajarla despacio, notando como los músculos se van relajando y comience a sentir la agradable sensación de falta de tensión en esos músculos. Relájelos por completo y recréese en la sensación de relajación total durante unos diez segundos como mínimo. 
    Seguidamente, cierre los ojos apretándolos fuertemente. Debe sentir la tensión en cada parpado, en los bordes interior y exterior de cada ojo. Poco a poco relaje sus ojos tanto como pueda hasta dejarlos entreabiertos. Note la diferencia entre las sensaciones. 
    Siga con la nariz y labios. Arrugue la nariz, relájela. Arrugue los labios, relájelos. Procure que la tensión se mantenga durante unos cinco segundos y la relajación no menos de diez. 
    Con el cuello haga lo mismo. Apriete su cuello tanto como pueda y manténgalo tenso. Vaya relajando los músculos lentamente, concentrándose en la diferencia entre tensión y relajación y deléitese en esta última.
 
    Seguidamente, ponga su brazo tal y como aparece en el gráfico. Levántelo, cierre el puño cuanto pueda y ponga todo el conjunto del brazo lo más rígido posible. Gradualmente vaya bajando el brazo destensándolo. Abra lentamente la mano y deje todo el brazo descansando sobre el muslo. Repítalo con el otro brazo. 
    Haga exactamente lo mismo con las piernas.
 
    Después incline su espalda hacia adelante notando la tensión que se produce en la mitad de la espalda. Lleve los codos hacia atrás y tense todos los músculos que pueda. Vuelva a llevar la espalda a su posición original y relaje los brazos sobre los muslos. Vuelva a recrearse en la sensación de relajación durante un tiempo.
 
  Tense fuertemente los músculos del estómago (los abdominales) y repita las sensaciones de tensión y relajación al distender los músculos.
 
    Proceda de igual forma con los glúteos y los muslos.

 
Relajación estando de pie:

       Una vez consiga la relajación de todo su cuerpo de la forma habitual y después de haberla practicado durante varios meses intente relajarse de pie. Proceda de la siguiente forma.
Póngase de pie y mantenga la cabeza recta sobre los hombros. Tense todo su cuerpo, apriete las manos a ambos lados del cuerpo, meta el estómago hacia dentro y tense los muslos, nalgas, rodillas, etc. Después comience a relajar los músculos desde la cabeza a los pies. De nuevo note la diferencia entre tensión y relajación.





       También debería de realizar los ejercicios de tensión y relajación de sus músculos tumbado.
 Proceda tensionando los músculos y relajándolos tal y como se indicó en el ejercicio de pie.




 
       Consideraciones finales: Si durante los ejercicios de relajación  se encuentra mal, no se preocupe. Interrúmpalos, relájese y prosiga. No deje que las sensaciones desagradables sigan dictando lo que usted ha de hacer. Su vida la dirige usted. Así que una vez relajado prosiga con los ejercicios. 
       Si durante la relajación es interrumpido por un familiar, el teléfono o lo que sea, no se preocupe, no ocurre nada. Simplemente déjela para otro momento y diga que no se le moleste. Su salud es lo primero y debe de aprender a ser egoísta en esto. Primero usted. Después todo lo demás.
 
     Durante los ejercicios es posible que aparezcan pensamientos negativos. Procure controlarlos (más adelante encontrará como) y siga con la relajación.

 
       * Los gráficos que acompañan estos ejercicios han sido extraídos del libro "Técnicas de relajación" de Joseph R. Cautela y June Groden. Editorial Martínez Roca. Son reproducidos en esta página por su interés terapéutico sin que haya interés comercial alguno al usarlos.